Morir en la arena,
no debe resultar tan doloroso…
He soñado que los toreros,
antes de subir al cielo,
se sumergen para siempre en aromas,
de rosas y claveles,
de lavandas y romeros…
Luego ascienden al Olimpo del cielo,
Dios los toma de la mano,
y tapa para siempre sus heridas…
La felicidad les embriaga,
y se visten de Esperanza y oro…
¿No resulta hermoso?
Los toreros no mueren,
Ya nacen muertos...
Son los novios del grito y el llanto...
Son los novios de la Muerte...
Lamborghini.
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